martes, 6 de noviembre de 2018

La pirámide

[12/10 20:34] Adrian Valenzuela: Va un señor muy viejito por la vereda de un barrio bastante desconocido. Un flaco que recién salía del club que estaba a la vuelta, pasó en bicicleta y lo miró por arriba del hombro.
En los árboles que bordeaban todas las veredas de la zona cantaban los pájaros, alegres, mientras fabricaban sus nidos.
Un ratón salió de un caño de desagüe y pasó por atrás del viejito pero este no se dió cuenta.
[12/10 20:37] Adrian Valenzuela: El señor caminaba mirando hacia abajo, pero en un ángulo, digamos, de 50grados, como para no perder la visión periférica del camino
[12/10 20:40] Adrian Valenzuela: Llevaba puesta una camisa casi blanca, surcida en el codo izquierdo y una chaleco negro, de lana del norte de Escocia. Calzaba unas zapatillas deportivas, que por más que fueran de su número, parecían grandes para él.
[12/10 20:41] Adrian Valenzuela: Cuando llegó a la esquina de Gral Paz y Elorza se detuvo como desorientado y miró para ambos lados
[12/10 20:43] Adrian Valenzuela: Hizo un gesto como de fastidio, pegó con su pie derecho, un golpe contra el piso, y con bastante dificultad se sentó en el cordón de la calle.
[12/10 20:44] Adrian Valenzuela: Pasó un chico que venía corriendo y no lo había visto hasta que lo tuvo casi encina. Lo miro con una mezcla de asombro y desconcierto
[12/10 20:46] Adrian Valenzuela: El viejito cuando lo vió al pibe levantó su brazo derecho y lo llamó
[12/10 20:48] Adrian Valenzuela: Le dijo - nene, vos sabés quién soy yo?
[12/10 20:50] Adrian Valenzuela: Y el chico le dijo - no, y siguió su camino, caminando primero y volviendo a correr después de unos metros.
[12/10 20:50] Adrian Valenzuela: Mientras corría pensaba en ese señor, realmente nunca lo había visto por el pueblo
[12/10 20:51] Adrian Valenzuela: Sacó su celular del bolsillo y llamó a su novia, lo atendió una voz masculina
[12/10 20:53] Adrian Valenzuela: Era ella que estaba muy disfonica, ya de por sí ella tiene una voz atabacada, bastante varonil, pero que mezclada con la celebridad de su hablar, se podría decir que hasta era sensual escucharla.
[12/10 20:54] Adrian Valenzuela: Fe de erratas: dónde dice celebridad, léase sensualidad
[12/10 20:55] Adrian Valenzuela: Nooooooo! Perdón, léase femeneidad
[12/10 21:04] Adrian Valenzuela: Casi hechizado por el hablar de su novia Jacinta el muchacho metió un pie en un pozo y se cayó, el teléfono voló por el aire y se estrelló en el pavimento
[12/10 21:05] Adrian Valenzuela: Quedó hecho añicos, el teléfono también se rompió
[12/10 21:06] Adrian Valenzuela: El muchacho sintió un tirón muy fuerte en el tobillo y se dio cuenta que no iba. Poder seguir caminando
[12/10 21:09] Adrian Valenzuela: Entonces con mucha dificultad llegó hasta la esquina de Elorza y Santa Fe y se sentó en el cordón de la vereda de la Cooperativa de teléfono
[12/10 21:11] Adrian Valenzuela: Mientras estaba sentado masajeándose el tobillo vio que por Santa Fe venía corriendo un niño que era hermano de un amigo suyo que vivía cerca de ahí. Nunca tuvo mucho trato con el pibe y por eso dudaba que este lo conociera
[12/10 21:12] Adrian Valenzuela: Pero necesitaba ayuda porque según lo que estaba sintiendo, creía que se había quebrado
[12/10 21:13] Adrian Valenzuela: Cuando el niño llegó cerca de él, este levantó el brazo derecho para llamar su atención y le dijo hola! Sabés quién soy yo?
[12/10 21:14] Adrian Valenzuela: Pero el niño lo miro con displicencia y le dijo - no y siguió corriendo para el lado de la Municipalidad
[13/10 10:30] Adrian Valenzuela: Este niño, que habrá tenido unos 10 años, mientras corría iba imaginando que era Gokú e iba saltando de montaña en montaña. Y había dejado atrás a un adversario peligroso. Lo había dejado tirado, mal herido por uno de sus Kamehameha
[13/10 11:28] Adrian Valenzuela: Sentía que su chi se acerca y su poder vibraba dentro del cuerpo
[13/10 11:29] Adrian Valenzuela: Su chi se acrecentaba
[14/10 07:49] Adrian Valenzuela: Cuando saltó a la cuarta cima, pisó una roca que no estaba bien aferrada a la montaña y al desprenderse hizo que el niño perdiera estabilidad y cayera rodando por la ladera. Se golpeó en muchas partes, pero principalmente las rodillas, la plana de la mano izquierda y el codo derecho. Cuando pudo incorporarse, se dió cuenta que sus ojos estaban llenos de lágrimas. Caminó unos pasos rengueando y se sentó en el cordón de la calle en la intersección de Santa Fe e Independencia.
[17/10 08:46] Adrian Valenzuela: Mientras miraba su rodilla izquierda sintió una caricia húmeda en su cuello. Los lenguetazos de una letra le causaron unas cosquillas en toda la espina dorsal.
[17/10 09:17] Adrian Valenzuela: En realidad eran los lengüetazos de una perra.
[17/10 09:30] Adrian Valenzuela: Se dió vuelta como si le hubiesen picaneado el cuello con un magiclik
[17/10 09:32] Adrian Valenzuela: La perra, de color tiza amarillento, dio un saltito hacia atrás, lo miró torciendo la cabeza y volvió a olfatear al niño
[17/10 09:33] Adrian Valenzuela: Se acercó a la rodilla derecha y le dió una lamida.
[17/10 09:45] Adrian Valenzuela: El niño le acarició el lomo. La perra comenzó a olfatearlo frenéticamente por todo el cuerpo y de golpe salió corriendo por Independencia hacia el norte
[17/10 15:11] Adrian Valenzuela: Sus ojos solo veían un punto de fuga, donde la perspectiva de las líneas de los dos cordones de la calle se unían en un horizonte imaginario
[17/10 15:13] Adrian Valenzuela: Mientras corría como loca, iba sintiendo olores de toda clase y origen
[17/10 15:18] Adrian Valenzuela: Su hocico se movía en todas las direcciones, cómo buscando algo específico.
Entrecerrados los ojos como si quisiera disminuir el sentido de la vista para acrecentar el del olfato.
[17/10 15:21] Adrian Valenzuela: Cruzo la vía en dos zancadas
[17/10 15:23] Adrian Valenzuela: Cuando iba llegando a General Paz, pasó por enfrente del local que había sido de Funes Center y los olores la confundieron. Frenó y se acercó al vidrio atraída por los aromas de los restos de alimento para mascotas
[17/10 15:24] Adrian Valenzuela: Saltaba de derecha a izquierda mirando por la vidriera llena de tierra
[17/10 15:24] Adrian Valenzuela: De pronto...
[17/10 17:09] Adrian Valenzuela: El sol lo traicionó
[17/10 17:12] Adrian Valenzuela: Se dio vuelta de golpe, como si hubiera percibido algo o a alguien. Su cola se movía rápidamente, y comenzó a ladrar efusivamente. Pegó dos saltitos hacia un lado y salió corriendo con toda la furia hacia la esquina del Tizo.
[17/10 17:12] Adrian Valenzuela: El Bazar
[17/10 17:21] Adrian Valenzuela: Por la vereda de Gral. Paz venía caminando una señora, que tendría más o menos la edad de Marcos, que todavía no se había levantado del cordón de Gral Paz y Elorza.
La señora pasó por enfrente de una casa que tenía un color muy llamativo en su planta alta.
[17/10 17:33] Adrian Valenzuela: Eso llamo su atención y aminoró su marcha para mirar con detenimiento el color de esa casa. Tenía una escalera negra de hierro que contrastaba con el claro y vivo de las paredes. Un perrito marrón con alma de salchicha corrió hasta el portón, no para ladrarle, si no para sentir su olor. Ella olía a manzanas frescas.
[17/10 17:34] Adrian Valenzuela: La señora continuó caminando hacia Independencia
[22/10 17:51] Adrian Valenzuela: Elvira llegó a la esquina del Tizo y cuando se dio vuelta para mirar hacia adentro del bazar sintió un empujón en sus piernas que hizo que se le levantaran en el aire y cayó pesadamente sobre un rollo gigante de manguera que estaba en el piso
[22/10 17:59] Adrian Valenzuela: Esto hizo que la caída no tuviera consecuencias graves en su cuerpo
[22/10 18:00] Adrian Valenzuela: Y bien aclaró, en su cuerpo...
[23/10 08:32] Adrian Valenzuela: Aún sentada sobre el rollo de manguera azul transparente, pudo escuchar el ruido de uñas raspando sobre el cemento de la vereda, alejándose.
[23/10 08:36] Adrian Valenzuela: Marcos quedó mirando al cielo, algo raro flotaba en el ambiente. Había una tenue capa de nubes, tan fina como una membrana traslúcida que cubría la atmósfera.
[23/10 08:41] Adrian Valenzuela: El sol estaba en el punto más alto del día, las personas ya se habían retirado a sus hogares. Se habían encerrado en sus hogares. De las ventanas entrecerradas, salían olores a salsas, carne cocida, estofado. Era la hora del vital ritual.
[1/11 18:50] Adrian Valenzuela: Elvira quiso levantarse, pero le fue imposible
[1/11 18:57] Adrian Valenzuela: Se dio vuelta sobre su propio cuerpo y quedó con el vientre sobre el rollo de manguera.
Apoyándose en sus codos pudo salir de la trampa que le imponía esa anaconda de goma.
Con mucha dificultad fue arrastrándose hasta el cordón
[1/11 19:02] Adrian Valenzuela: Cuando llegó se sentó como pudo c apoyando los pies en el pavimento justo en ese instante sucedió algo inesperado
[1/11 21:14] Adrian Valenzuela: Ni bien Elvira apoyo las plantas de sus pies en el pavimento un shock invisible corrió por las cuatro calles uniendo plástico plantas de los pies de Elvira, Marcos, El joven y el niño.
[1/11 21:16] Adrian Valenzuela: Los cuatro sintieron al mismo tiempo un cosquilleo eléctrico que les hizo doblar los dedos de los pies, pero no pudieron despegarlos del piso
[1/11 21:18] Adrian Valenzuela: El día se dejaba llevar sin oponer resistencia hacia la siesta y las calles parecieron vaciarse de golpe
[1/11 21:19] Adrian Valenzuela: La membrana de nubes que cubría el cielo permanecía indemne, no corría una gota de aire.
[1/11 21:20] Adrian Valenzuela: De pronto los cuatro al mismo tiempo comenzaron a sentirse un poco confundidos
[1/11 21:22] Adrian Valenzuela: El cosquilleo paso de las plantas de los pies a la punta de la cabeza, sentían que sus cabellos se paraban como si estuvieran cargados de energía estática.
[1/11 21:25] Adrian Valenzuela: Los cuatro estaban sincronizados sus movimientos eran idénticos
[2/11 15:01] Adrian Valenzuela: Un vacío sonoro estalló en Funes y de esas cuatro esquinas y cual arco voltaico que parpadea inestable surgieron cuatro rayos de luz eléctrica pero perfectamente rectos. Los cuatro con dirección a un mismo Punto.
[2/11 15:02] Adrian Valenzuela: Las cuatro espadas de luz se unieron a la altura de las nubes sobre el sector de la estación del ferrocarril.
[2/11 15:02] Adrian Valenzuela: Toda esta escena no dudó más de una décima de segundo.
[2/11 15:04] Adrian Valenzuela: Un ráfaga de aire corrió desde Gral Paz y Elorza hasta Santa Fe, doblando hacia Independencia y por esa calle hasta la esquina donde se encontraba Elvira.
[2/11 15:07] Adrian Valenzuela: El Aires fresco chocó fuertemente en su cara y la despabiló. Se sentía mucho mejor. Se puso de pie con bastante agilidad y sin dolores. Se sacudió la ropa y siguió caminando hacia su casa.
[2/11 15:08] Adrian Valenzuela: Nadie advirtió lo que pasó ese día en Funes, ni siquiera los cuatro protagonistas llegaron a comprender lo que les había ocurrido.
[2/11 15:12] Adrian Valenzuela: Un niño de unos diez años salió con su pelota a jugar al patio de su casa, se puso a hacer jueguitos, sentía que si prcticaba lo suficientemente, podía hacer tantas jugaditas como Messi. En una de las veces que se agachó a buscar la pelota que se la había caído levantó sus ojos y vio en el cielo una ventana que se abría entre las nubes, era perfectamente circular y dejaba ver un fondo celeste límpido.
[2/11 15:13] Adrian Valenzuela: Tomó el balón y siguió practicando hasta casi la noche.
[2/11 15:14] Adrian Valenzuela: FIN

No hay comentarios.:

Publicar un comentario